La linfa es un plasma sanguíneo que fluye paralelamente al sistema circulatorio y es capaz de movilizar moléculas más grandes y el exceso de líquido con productos de desecho resultantes de los intercambios celulares en la sangre para que el cuerpo pueda eliminarlos. Esta es la razón por la cual el edema y la retención ocurren cuando el sistema linfático no puede purificar estas áreas.

Es entonces cuando se dice que hincharse o retener líquidos no solo es un problema estético, porque el sistema inmune está directamente relacionado con el linfático, sino que también afecta nuestra calidad de vida, porque si este estancamiento se prolonga, los ganglios linfáticos se vuelven inflamado y puede haber un colapso del sistema inmune.

Este problema nos afecta a todos, pero especialmente las mujeres son las más afectadas porque uno de nuestros puntos débiles es todo el sistema vascular.

El drenaje linfático manual es una técnica de terapia de masaje que consiste en aplicar masajes suaves en diferentes áreas del cuerpo con el objetivo de mejorar la circulación linfática y el sistema linfático. La función de esta técnica es mejorar la contracción automática de los vasos linfáticos, ayudando a eliminar el edema y otras alteraciones derivadas de la mala circulación linfática.

El sistema linfático se encarga de transportar los desechos derivados de la nutrición de las células a la sangre, que luego los lleva al sistema excretor para eliminarlos. El edema ocurre cuando el sistema linfático no puede purificar ciertas áreas, lo que hace que los líquidos y las sustancias se estanquen. La presión aplicada durante el drenaje linfático ayuda a transportar los líquidos retenidos al sistema circulatorio y a la sangre.

Además de transportar sustancias de desecho de las células, el sistema linfático también actúa como defensa para el cuerpo; Esto se debe a los ganglios linfáticos, estructuras que se encuentran en diversas áreas del sistema y que funcionan mediante la purificación de patógenos y neutralizando el daño que pueden causar.    

El hecho de que los líquidos se acumulen en los tejidos puede deberse a varias causas, como un mal funcionamiento del sistema linfático, natural o inducido (este último generalmente debido a la extirpación de los ganglios linfáticos, algo común en el tratamiento quirúrgico de ciertos tumores). Los líquidos también pueden acumularse por otras causas, como en el caso de edema venoso, lipedemas , edema traumático, edema durante el embarazo, cirrosis hepática, desnutrición, etc.   

El masaje aplicado al drenaje linfático debe seguir una serie de pautas específicas que le permitan cumplir su función:

• Tiene que ser un masaje muy suave e indoloro, por lo que generalmente tiene un efecto agradable y relajante.
  
• Las manos deben hacer un movimiento lento y repetitivo que debe seguir, hasta cierto punto, la dirección de los conductos linfáticos.
  
• El drenaje linfático no suele durar menos de una hora.
  

El drenaje linfático manual mejora la circulación linfática y el sistema linfático.

El drenaje linfático se utiliza cada vez más en el área de oncología para el tratamiento del edema traumático, el linfedema y las complicaciones linfáticas derivadas de la cirugía. También se usa a menudo con fines cosméticos.

• Reactiva la circulación linfática y ayuda a eliminar el exceso de líquidos y sustancias de desecho del cuerpo.
  
• Reduce la inflamación derivada de la retención de líquidos, regulando el tono muscular.
  
• Contribuye a mejorar las defensas del cuerpo al promover la función de los ganglios linfáticos.
  
• Mejora la apariencia de la piel y combate enfermedades y afecciones como la celulitis o el acné.
  
• Tiene un efecto analgésico, por lo que también se recomienda en el dolor derivado de enfermedades como la fibromialgia.
  
• Tiene un efecto relajante en el sistema nervioso, alivia situaciones de estrés y ansiedad, pero también combate los efectos de patologías como las migrañas y el vértigo.
  
• Mejora la circulación sanguínea (el sistema linfático se complementa con el sistema circulatorio) y ayuda a eliminar los problemas derivados de la mala circulación, como las venas varicosas.
  
• Estimula la función renal.
  

Aunque el drenaje linfático tiene numerosos beneficios para el cuerpo, en algunas circunstancias no se recomienda debido a los efectos que puede producir.

Las principales contraindicaciones se producen en casos de:

• Infecciones agudas: mejorar la circulación linfática puede ayudar a que la infección se propague por el cuerpo.
  
• Flebitis y trombosis.
  
• Insuficiencia cardíaca: con drenaje linfático requiere un mayor esfuerzo cardíaco, algo que no se recomienda cuando se sufre de insuficiencia cardíaca.
  
• Presión arterial baja: después de una sesión de drenaje linfático, la presión arterial baja, por lo que no es recomendable someterse a esta terapia en casos de hipotensión previa.
  
• Inflamaciones agudas.
  
• Hipertiroidismo: en estos casos no se recomienda masajear la glándula tiroides, ya que existe el riesgo de estimular su acción.
  
• Asma y bronquitis asmática aguda: el drenaje linfático, debido a su efecto estimulante sobre el nervio neumogástrico, puede provocar la aparición de una crisis asmática en personas que padecen bronquitis o asma.
  
• Edema linfodinámico y desnutrición.
  
• Dermatitis y eccema agudo.
  
• Tumores malignos.
  
• Síndrome del seno carotídeo: las personas que padecen esta patología tienen una hipersensibilidad del seno carotídeo que hace que su estimulación provoque grandes cambios en la frecuencia cardíaca y la presión arterial, por lo que no se recomienda el drenaje linfático en estos casos.